Sesamo

La semilla de sésamo es uno de los cultivos de semillas oleaginosas más antiguos del mundo, domesticado hace más de tres mil años. Existen diversas especies de sésamo, la mayoría de ellas silvestres y nativas del África subsahariana, pero el tipo cultivado, Sesamum indicum, tiene su origen en la India. Estas semillas han sido parte de la dieta en civilizaciones antiguas como Egipto y Grecia, donde se valoraban no solo por su sabor, sino también por sus notables propiedades nutricionales y medicinales.

Para cultivar sésamo, es recomendable sembrar las semillas en interiores, cubriéndolas ligeramente. Un buen momento para iniciar la siembra es de cuatro a seis semanas antes de la última helada. Es fundamental mantener el suelo húmedo, pero no encharcado, hasta que las semillas germinen; después, un riego semanal será suficiente. Las plántulas se pueden trasplantar al exterior una vez que el riesgo de heladas haya pasado, y se puede cubrir el suelo con mantillo hasta que las temperaturas sean más cálidas.

Las plantas de sésamo prosperan mejor a pleno sol. A mediados del verano, comienzan a florecer, produciendo hermosas flores tubulares que atraen a abejas y colibríes. Al final del verano o a principios del otoño, las plantas desarrollan vainas que contienen las semillas, las cuales maduran y se abren al final de la floración. ¡Cultivar sésamo es una experiencia gratificante que conecta con la rica historia de este antiguo cultivo!